El principal objetivo de la Terapia Familiar es abordar la problemática relacional de manera precisa e implicando a cada miembro de la familia en la recuperación del bienestar: ¿qué hacer por mi hijo/a? ¿soy el culpable de lo que ocurre en casa? ¿hay algo que no estoy viendo?
Desde la visión conjunta del problema, padres, hijos y otros pueden aportar soluciones prácticas y conciliadoras. El terapeuta evalúa el apoyo y unidad de los padres, el estilo educativo y puntos fuertes de cada familia, potenciando la acción coordinada de las distintas fuerzas familiares.
La terapia es eficaz ante problemáticas diversas como son:
-La dificultad de establecer límites y normas.
-Los problemas de comunicación entre padres e hijos.
– El oposicionismo adolescente
– La falta de acuerdo conyugal.
-Relaciones de pareja insatisfechas
-Inadaptación escolar.
-Fracaso escolar
-Déficit en habilidades sociales
-Analfabetismo emocional
A través de la Terapia Infanto-Juvenil el terapeuta enseña al niño o adolescente a identificar, afrontar y superar su malestar o problema. Se evalúan los factores originadores y mantenedores del problema. Se establecen objetivos a corto y largo plazo. Y por último se planifica un programa de intervención a seguir con prevención de posibles recaídas.
La terapia es eficaz en casos de:
-Ansiedad (generalizada, por separación, fobia social, fobia escolar)
-Problemas de Conducta
-Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad
-Trastorno Negativista Desafiante.
-Trastorno Disocial
-Trastornos del sueño (pesadillas, terrores nocturnos)
-Problemas de eliminación (enuresis y encopresis)
-Déficit en habilidades sociales
-Problemas de Aprendizaje
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